martes, 19 de septiembre de 2017
Necesitamos una reforma que nos devuelva la anterior (parte I)
“Y mientras yo dormía o bebía junto a mis amigos Philip y Amsdorf, la Palabra debilitaba al papado de forma tan grandiosa que ningún príncipe o emperador consiguió causarles tantas derrotas. Yo nada hice: la Palabra lo hizo todo”.
Martin Lutero.
A 500 años de la reforma, volvemos a estar en la misma situación que Lutero en su época, solo que en esta oportunidad la iglesia que antes protestó ahora se unió a la que antes adversaba, por cuanto han abandonado las sanas palabras de la biblia para confiar en los dichos y las tradiciones de los hombres. Hay un nuevo lenguaje en la iglesia que una vez protestó, una forma de expresarse donde la autoridad de lo que un pastor o líder dice está por encima de lo que ya la biblia mandó.
Suscribirse a:
Entradas
(
Atom
)